En 1993, la Federación de Checoslovaquia se dividió en dos países independientes: la República Checa y Eslovaquia. Este evento histórico, conocido como la Separación de la República Checa y Eslovaquia, fue el resultado de tensiones políticas, económicas y culturales que surgieron en el período posterior a la Revolución de Terciopelo de 1989.

Algo de lo que se suele hablar en el Free Tour delsiglo XX y Praga contemporánea.

 

Fundación de Checoslovaquia

 

Antecedentes La historia de Checoslovaquia es compleja, con períodos de independencia, ocupación extranjera y estados títeres. En 1918, al final de la Primera Guerra Mundial, se fundó la Primera República Checoslovaca, que duró hasta la invasión nazi de 1939. Después de la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia se convirtió en un estado socialista, unido a la Unión Soviética y sus países satélites en el Bloque del Este.

Caida del Comunnismo

La Revolución de Terciopelo y la llegada de la democracia En noviembre de 1989, después de décadas de gobierno comunista y represión política, la Revolución de Terciopelo llevó a la democracia a Checoslovaquia. El líder disidente Vaclav Havel se convirtió en el primer presidente democrático de Checoslovaquia en 41 años.

 

El surgimiento de tensiones políticas y culturales A pesar del ambiente de euforia y esperanza que rodeó la Revolución de Terciopelo, surgieron tensiones políticas y culturales en el nuevo sistema democrático. Los partidos políticos checos y eslovacos comenzaron a dividirse en líneas étnicas y regionales, lo que llevó a desacuerdos sobre la distribución de poder y recursos en la Federación.

 

Divorcio de Terciopelo

 

El referéndum y la separación En 1992, se convocó un referéndum para decidir el futuro de Checoslovaquia. Los checos votaron por la continuación de la Federación, mientras que los eslovacos votaron por la independencia. A pesar de que la mayoría de los checos no apoyaban la separación, se llegó a un acuerdo y en enero de 1993, la República Checa y Eslovaquia se convirtieron en estados independientes.

 

Legado La Separación de la República Checa y Eslovaquia fue pacífica y sin derramamiento de sangre, lo que la convierte en un ejemplo para otros países que buscan una separación amistosa. Sin embargo, la división dejó cicatrices en ambos países y se ha argumentado que ha dificultado la integración europea.

 

Conclusión La Separación de la República Checa y Eslovaquia fue un evento histórico que reflejó las tensiones políticas, económicas y culturales en la Federación de Checoslovaquia. A pesar de las diferencias y desacuerdos, la separación se logró de manera pacífica y amistosa, dejando a la República Checa y Eslovaquia como dos estados independientes.

 

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