Uno de los edificios más llamativos que se hallan en la plaza de la ciudad vieja de Praga es el palacio Goltz – Kynsky. De estilo rococó fue construido, en la segunda mitad del siglo XVIII. El nombre guarda relación con las familias propietarias del monumental edificio, dos familias de
la alta aristocracia del reino de Bohemia, Goltz y Kynsky.
Todos los días lo contemplamos en nuestro Free Tour Imprescindible de Praga por la ciudad vieja y barrio judío.
Leyenda del palacio Kynsky
Una de las cosas que llama la atención del Palacio Goltz Kynsky además de su tamaño es que sobresale unos 3 o 4 metros de la línea que delimita las fachadas de las casas de alrededor internándose en el vértice norte de la plaza. Según cuenta esta vieja leyenda, la familia quería construir un enorme palacete, pero sus dimensiones violaban el plan regulador de la época que obligaba a delimitar estrictamente las fachadas de las construcciones. Sin embargo, corrompieron a un funcionario del ayuntamiento, ofreciéndole una alta cifra de dinero.
En un comienzo el burócrata se negó, pues temía de las represalias legales si es que era descubierto. Pero los nobles interesados le presionaron con amenazas y otros chantajes, finalmente accedió, puesto que también en cualquier caso contaría con el respaldo de la poderosa familia que no impediría que se le pusiese en mano.
Durante la construcción para que no se advirtiera que el edificio ganaría ilegalmente terreno en la plaza, se puso una suerte de tienda que tapaba las obras. Y recién se retiró cuando la obra estaba terminada. Los vecinos y miembros del consejo municipal quedaron atónitos al ver
tan evidente infracción contra el plan regulador y por supuesto que investigaron cómo fue posible violar la ley con tanta impunidad.
La familia presentó los papeles municipales, y estos estaban todos en reglas firmados y con timbres respectivos. Vieron el nombre, entonces del funcionario que se prestó para semejante corrupción de las leyes. Y fueron a por él. Éste último quedó así expuesto, además los miembros de la familia Goltz, dijeron que el burócrata les cobró una cierta cantidad de dinero, que por supuesto no se condecía con las apetentes ordinarias. En lugar de defenderlo, lo entregaron al pobre desgraciado a las severas leyes. Fue entonces ahorcado el funcionario.
¿Y el edificio? Ahí lo tienen. Ante los hechos consumados, nada se hizo, ya estaba construido y le daba un nuevo encanto a la principal plaza de Praga, así es que no se forzó a demoler la parte que infringió la ley.
Colegio De Franz Kafka En El Palacio Golzt Kynsky
A finales del siglo XIX, en el edificio funcionaba la escuela secundaria alemana de la ciudad. Recordemos que, hasta la primera mitad del siglo XX, en bohemia vivían muchas familias cuya lengua matera era el alemán. La presencia de población germánica en Bohemia databa desde
la época medieval, pues ya había presencia importante durante el reinado de Otakar II, segunda mitad del siglo XIII. Además, todavía por aquellos días Praga era una ciudad que pertenecía al Imperio Austro-Húngaro cuya lengua oficial no era otra sino el alemán.
La madre de Franz Kafka provenía de una familia judía- alemana de Bohemia. El padre de Kafka, también era judío, pero su familia eran checo parlante. El padre de Kafka quería criar a sus hijos dándoles todo para que pudiesen tener los medios de llegar a las más altas
nomenclaturas de la administración, y por lo mismo, había decidido que ellos e educasen dentro de los ámbitos de la sociedad alemana de Praga. Hermann Kafka, era el nombre del padre del renombrado escritor, y que su vez tenía una tienda comercial en la primera planta del palcio Kynsky.
Ascenso del comunismo al poder.
Los balcones del palacio Kynsky quedaron muy vinculados a los agitados acontecimientos que marcaron las primeras semanas de 1948. Pues desde estos balcones, el día 21 de febrero, el primer ministro del país, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Klement Gotwald, líder también del partido comunista checoeslovaco, dio un incendiario discurso. Ante una plaza atestada anunció que se prestaba para dirigirse al Castillo de Praga, con el fin de que el presidente del país, Edward Benes le firmase el nuevo gabinete del gobierno.
Previamente, ministros opositores a la agenda del partido comunista, habían renunciado a sus ministerios con el fin de que se convocasen nuevas elecciones. Sin embargo, Klement Gotwald se negó, pues sugirió al presidente a aceptar las renuncias de los ministros y reemplazarlos, por supuestos por gente de su propio partido. Así el control del gobierno sería exclusivamente comunista.
Tras denunciar el intento de la oposición de derribar el gobierno popular, se dirigió acompañado por miles de sus partidarios, caminando hacia el Castillo de Praga, cruzando el puente de Carlos. Junto con sus seguidores atestaron los patios del castillo y Gotwald entregó el nuevo gabinete al presidente que firmó el nuevo gobierno, sirviendo en bandeja el poder al partido comunista. Se consagra así el evento que los comunistas denominaron la marcha del febrero victorioso.
A los pocos meses, se instauraría la dictadura del partido único, que duraría 41 años. Por eso se identifican sus balcones con el origen del comunismo en Checoeslovaquia.
Galería nacional de arte
El palacio Goltz-Kynsky es un monumento nacional del país, y forma parte también, como toda la plaza de la llista del patrimonio universal de la UNESCO. Hoy alberga en sus interiores galerías de exposiciones artísticas temporales que los visitantes pueden recorrer todos los días de la semana.